En Black Friday todo parece urgente: últimas horas, descuentos gigantes, comprar sin pensar.
Pero en los talleres pequeños —los que crean despacio— el ritmo es otro. Aquí no se produce para acumular; aquí se crea para acompañar.
Por qué en artesanía no tiene sentido hablar de descuentos
El Black Friday nació para vaciar stock.
La artesanía no acumula: nace pieza a pieza, a ritmos humanos.
Un descuento funciona cuando hay exceso.
En artesanía no hay exceso: hay tiempo, intención y cuidado.
En la industria bajar un precio es ajustar un margen.
En un taller artesanal, bajar un precio es ajustar el tiempo de vida de la persona que está detrás.
Y ese tiempo es lo más valioso de todo el proceso.
Sin temporadas. Sin caducidad. Sin prisa.
Lo artesanal no caduca.
No sigue tendencias; sigue valores.
Cada joya botánica y cada glitter biodegradable que nace en Bloom aparece cuando le toca, como una flor.
Por eso no tiene sentido “rebajar” algo que se hace sin prisa, sin stock y sin repetición.
Según una revisión publicada en Frontiers in Environmental Science (2022), basada en más de 880 estudios, la artesanía sostenible es ya un modelo de producción alineado con los objetivos ambientales y sociales del siglo XXI. Puedes leer el artículo en inglés AQUÍ
Dicho de otra forma:
hacer menos, mejor y con sentido también es una forma de activismo.
En Bloom eso significa:
- joyas artesnales inspiradas en la naturaleza, hechas a mano y de recolección local y respetuosa.
- glitter biodegradable de algas con el mínimo impacto en su producción ni en su deshecho.
- producción local sin exceso. Pieza a pieza, a fuego lento y con alma.
- belleza consciente, no acelerada. Slow life.
Una invitación
Si vas a regalar algo estas fechas, que sea algo con historia.
Como este encargo tan bonito que me hicieron me hicieron hace poco
Algo que no caduca.
Algo que nació de manos y no de máquinas.
La artesanía no busca vender más, sino vender con verdad.
Porque lo hecho a mano no es solo un objeto:
es tiempo, vida y memoria.
Y la memoria no se rebaja.
Con cariño,
Nora